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miércoles, 22 de octubre de 2008

¡La FDA reconoce que las amalgamas dentales son peligrosas!

Las amalgamas dentales –esos empastes metálicos de color plateado que tanta gente ha llevado y lleva en la boca- son peligrosas para la salud a causa del mercurio que contienen, especialmente en el caso de los niños, las embarazadas -puede afectar al feto- y las lactantes así como en los enfermos inmunodeprimidos. Así lo ha terminado reconociendo la Food and Drug Administration (FDA) después de décadas de ocultación e informaciones contradictorias e interesadas tanto por parte de esa agencia como de los colectivos médicos. " Las amalgamas dentales que contienen mercurio pueden tener efectos neurotóxicos sobre el sistema nervioso durante el desarrollo de los niños y los fetos", podía leerse ya sin ambages en la web de la FDA el pasado 3 de junio.

La asunción de que es así se ha tomado tras llegar a un acuerdo con varias asociaciones norteamericanas que habían acudido a la Justicia para exigir su retirada por entender que el mercurio de las amalgamas es causa de numerosas enfermedades, algo que la FDA, los ondontólogos y los dentistas se han pasado décadas negando con la manida y falsa excusa de que “no había pruebas científicas de su peligrosidad”. Una actitud que la FDA aceptó replantearse en el 2006 constituyendo un nuevo panel de expertos para que se pronunciase y sus miembros admitieron que hacía falta más información. Sólo dos años después la FDA ha tenido que rectificar, anunciar que hay que advertir a los consumidores de los riesgos potenciales de las amalgamas dentales y comprometerse a elaborar una nueva norma para el año que viene (hay que dar tiempo a que las existencias del producto se vendan y se pongan en las bocas de las personas peor informadas).

Discovery DSALUD lleva años denunciando que las amalgamas dentales son peligrosas y ha publicado decenas de informaciones y comentarios sobre ello. Y explicó en su día que el reconocimiento tardaría mucho en llegar porque muchas personas podrían exigir a sus dentistas que se las quitasen y las sustituyesen por otras gratuitamente dando lugar a un auténtico conflicto. Pues bien, que también en eso teníamos razón lo demuestra que la FDA ha optado por reconocer que son peligrosas pero igualmente por recomendar a las personas que actualmente las tienen ¡que no se las quiten! ¿La excusa? Que al quitarlas el mercurio puede contaminarles más que si se las dejan. Sin comentarios.

Charles Brown, abogado de uno de los grupos de consumidores litigantes - Consumers for Dental Choice - manifestaría así el cabreo de los consumidores con la FDA : "Atrás, atrás, atrás han quedado todas las afirmaciones de la FDA de que no existían pruebas científicas de que las amalgamas no son seguras”.

En cuanto a España ya denunciamos hace años que era el único país de la Unión Europea en el que no se informaba al paciente de los riesgos que suponen las amalgamas por lo que cientos de miles de compatriotas se las han seguido poniendo alegremente mientras en otros países, aún siendo legales, la mayor parte de la población dejaba de hacerlo.

Ya en el número 54 de la revista –perteneciente a octubre del 2003- nuestra Redactora-Jefe, Laura Jimeno, publicó un reportaje con el título Las amalgamas de mercurio son peligrosas en el que al hablar de los efectos que puede producir la liberación lenta en el organismo de mercurio se decía que podía dar lugar a:

- Trastornos corporales: vista borrosa, reducción del campo visual, dificultades auditivas, atrofia del hueso manillar, mal aliento, sabor metálico en la boca, inflamación de la mucosa bucal, alteraciones del ritmo cardiaco, presión sanguínea baja, respiración irregular, resfriado crónico, aumento de los ganglios linfáticos del cuello, dolores articulares, debilidad en las piernas, insensibilidad y hormigueo en manos y pies, dermatitis y descamación de la piel, problemas renales, espasmos estomacales, diarrea, colitis, etc.

- Trastornos psíquicos : desgana, mal humor, depresión, problemas de memoria y de concentración, trastornos del sueño y somnolencia diurna, fotofobia, etc.

- Trastornos del sistema nervioso : dolor de cabeza, vértigo, temblor de manos, pies, labios o párpados, trastornos del habla, neuralgias del trigémino, etc.

- Trastornos del sistema inmune : al unirse a las proteínas celulares el mercurio forma moléculas de un alto peso molecular por lo que el organismo las identifica como cuerpos extraños y trata de destruirlos mediante los glóbulos blancos. Con esto se produce una destrucción de células del propio cuerpo y la contaminación de los glóbulos blancos al digerir el mercurio que contienen las células destruidas.

- Trastornos de la sangre : el mercurio se une bioquímicamente a las proteínas celulares y, entre ellas, a la hemoglobina, proteína de los glóbulos rojos encargada de transportar el oxígeno. Al unirse a ella el mercurio provoca que la cantidad de oxígeno transportado por cada glóbulo rojo sea menor lo que es causa de fatiga, debilidad muscular, mareos y pérdida de memoria, entre otras dolencias. También se ha comprobado que una sola parte de mercurio frente a diez millones de partes de sangre es capaz de destruir la membrana celular de los glóbulos rojos.

- Trastornos generales : temperatura corporal baja, manos y pies fríos, sudoración excesiva sin esfuerzo físico, etc.

Añadiendo que algunos investigadores habían observado también que las amalgamas dentales provocan en algunas mujeres alteraciones ginecológicas que pueden derivar en problemas graves de infertilidad y aborto. Y en cuanto a los hombres que aunque su espermiograma suele ser normal su capacidad para fertilizar está muy disminuida. Por último explicábamos que entre las enfermedades que parecen estar relacionadas por el envenenamiento con mercurio están la esclerosis múltiple, el asma y algunas migrañas.

Aquel artículo de nuestra compañera, demoledor, terminaba así:
“ Y lo que ya resulta ridículo es que muchos dentistas afirmen que no hay peligro cuando ellos mismos utilizan dispositivos especiales para el manejo, aplicación y desecho del mercurio que emplean en la composición de la amalgama cuidándose muy mucho de no contaminarse con un material que, sin embargo, no tienen reparo en introducir en la boca de un ser humano. ¿Cómo se explica esta ambigüedad y falta de ética cuando estamos hablando de profesionales de la salud? Quizás algún día ellos o las autoridades sanitarias puedan explicarnos los razones –que no conocemos pero intuimos- por las que en este país se sigue permitiendo el uso de amalgamas. Máxime cuando por muchas menos razones y sin argumentación científica alguna se está prohibiendo el uso de otros muchos productos”.Han pasado cinco años y el tiempo –una vez más- nos ha dado la razón.

Fuente: http://www.dsalud.com/noticias_108_09.htm
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