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jueves, 16 de agosto de 2012

Perder peso: ¿es mejor la dieta o el ejercicio?



La actividad física por sí sola no sirve para adelgazar ni mantenerse

Gretchen REYNOLDS - THE NEW YORK TIMES |16/08/2012

Dos estudios punteros abordan una pregunta recurrente: ¿por qué muchos de nosotros hacemos ejercicio con regularidad y no nos adelgazar? Se trata de una preocupación acentuada por el hecho que hace pocos días un grupo de esbeltos deportistas olímpicos deslizaba ingrávida por tierra, mar y aire y provocaba que un sinfín de espectadores quisieran ser tan gráciles como ellos.

Si el mundo fuera justo, la actividad física frecuente debería hacernos adelgazar. Diversos estudios, sin embargo, han mostrado que muchas personas que comienzan un programa de ejercicios pierden poco peso, o nada. Los hay que incluso engordan. Para entender mejor el porqué, los antropólogos que llevaron a cabo uno de estos estudios se desplazaron a Tanzania. Allí reclutaron voluntarios de la tribu hadza, que aún viven de la caza y la recolección.

Los investigadores impartieron un curso relámpago en tecnologías modernas de estudios de campo a los miembros de la tribu y los equiparon con dispositivos GPS, para medir escrupulosamente el número de kilómetros recorrido por cada uno diariamente en la búsqueda de alimento.

También les pidieron de beber un líquido llamado agua doblemente marcada, donde las moléculas ordinarias de hidrógeno y oxígeno ordinarios habían sido sustituidas por moléculas que contenían trazadores. Después, los investigadores pueden estudiar estos elementos en la orina y determinar con precisión el gasto energético y el metabolismo de cada individuo.

Quemar calorías

Los investigadores recogieron los datos correspondientes a once días, ya continuación determinar la actividad física diaria media de cada uno de los participantes en el experimento, el gasto energético y el metabolismo basal. Compararon los valores obtenidos con los mismos parámetros que corresponden en promedio a los hombres y las mujeres occidentales.

Desde hacía tiempo se pensaba que el estilo de vida de los cazadores-recolectores comportaba una actividad física considerable y que, por tanto, el hombre de estas sociedades consumía muchas calorías, muchas más que el estadounidense medio que hace trabajo de oficina. Y era cierto, los científicos determinaron que los hadza, en general, se movían más que muchos de los estadounidenses: los hombres hacían más de 11 km al día y las mujeres unos 5. Sin embargo, no era cierto que quemaran muchas calorías más. De hecho, los científicos calcularon que el metabolismo medio de los hadza, o la cantidad de calorías que quemaban por día, era más o menos igual al metabolismo medio de los occidentales.

Esto significa, concluyeron los científicos, que los estilos de vida "tradicionales, activos , pueden no ser una protección contra la obesidad si las dietas cambian para incrementar el consumo calórico ".

Es decir, también los pueblos activos cargaran de kilos si comieran como lo hacemos la mayoría de nosotros los occidentales. El mensaje subyacente y casi desalentador de este descubrimiento es que la actividad física por sí sola no le servirá para adelgazar y mantenerse delgados. (Hay que decir que los hadza eran delgados casi sin excepciones.)

Más fácil adelgazar con dieta

"La conclusión general del estudio, publicado en la revista PLoS One , en realidad no es muy nueva ni sorprendente ", dice el doctor. Timothy Church, que ocupa la Cátedra John S. McIlhenny Endowed in Health Wisdom al Pennington Biomedical Research Center de Luisiana y que hace tiempo que trabaja en control de peso y ejercicio físico. "Hacía tiempo que sabíamos que, caloría por caloría, es más fácil adelgazar haciendo dieta que haciendo ejercicio", dice. Es más fácil que una persona se acostumbre a cumplir una dieta que no pueda mantener el nivel de actividad física hasta perder los kilos que sobran.

Y otro artículo fascinante, firmado por el doctor Church y otros, nos explicará en cierto modo el porqué. El punto central: al igual que en el caso de los hadza, se observa que el metabolismo humano no se acelera tanto debido a la actividad física como hasta ahora se pensaba. "Nuestra expectativa es que si hacemos ejercicio, el metabolismo no se desacelerará a medida que perdemos peso, más bien al contrario", dice Diana Thomas, profesora de matemáticas en la Montclair State University de Nueva Jersey, que dirigió el estudio.

Pero un escrutinio matemático de los estudios anteriores sobre actividad física y pérdida de peso muestra que esta expectativa no tiene ningún fundamento. Uno de los pocos estudios que ha hecho un seguimiento escrupuloso de la actividad física, la ingesta de alimentos y el metabolismo, mostró que el metabolismo basal de los voluntarios se desaceleraba a medida que perdían peso, aunque realizaran actividad física diaria.

Por lo tanto, aunque quemaban hasta 500 calorías en cada sesión de ejercicio, el total de calorías diarias quemaduras era inferior que si su metabolismo hubiera sido inalterado, y perdían menos peso del que habrían esperado.

Desaceleración del metabolismo

El problema para aquellos que pretendan utilizar el ejercicio para desprenderse de la grasa sobrante es que normalmente el cálculo de la cantidad de ejercicio necesario para perder peso supone que el metabolismo queda inalterado o bien se acelera por la práctica deportiva.

Así pues, la doctora Diana Thomas ha comenzado a recalibrar de manera provechosa las fórmulas para adelgazar, considerando la desaceleración del metabolismo. Utilizando las fórmulas nuevas, trabaja actualmente con un grupo de voluntarios de Pennington, y les facilita predicciones más ajustadas de cantidad de peso que pueden esperar perder con el ejercicio físico.

Las predicciones están resultando acertadas, dice, y aunque los pronósticos predicen pérdidas de peso más bajas que con la fórmula antigua, los voluntarios están satisfechos. "Es mejor cumplir unas expectativas más bajas, que quedó defraudado por no adelgazar todo lo que se supone que deberías adelgazar".

La misma doctora Thomas es quizá su mejor anuncio de promoción. En los últimos años ha perdido 32 kilos, utilizando sus fórmulas y cálculos para saber cuántas calorías quema realmente cada día, y, gracias al hecho de caminar diariamente, no ha recuperado ninguno.

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