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martes, 16 de abril de 2013

UN INVESTIGADOR GALLEGO DISEÑA UN FÁRMACO PARA LA ESCLEROSIS.


La Voz de Galicia - 15-04-2013.

El descubrimiento surgió cuando trabajaba en la Universidad de California. El neurólogo ourensano Pablo Villoslada comprobó en animales cómo una proteína llamada factor de crecimiento
nervioso protegía al sistema nervioso frente a la esclerosis múltiple.

El hallazgo constituía una estrategia novedosa para el abordaje de una enfermedad autoinmune, inflamatoria y degenerativa del sistema nervioso central en la que las defensas del organismo atacan a las neuronas.

La prometedora idea no se ha quedado olvidada en el laboratorio, sino que años después, y ya de regreso en España, el investigador, que trabaja en el Hospital Clínic de Barcelona, la está llevando a la práctica.

¿Por qué no diseñar una molécula con unas propiedades semejantes que simule la acción de la proteína? La pregunta que en algún momento se hizo Villoslada tiene ahora contestación con la creación de una empresa biotecnológica, Bionure, una spin off del Hospital Clínic de Barcelona-IDIBAPS y el CSIC dedicada al desarrollo de fármacos más innovadores, eficaces y seguros
contra la esclerosis múltiple y el glaucoma, la segunda causa de ceguera.

Ambas patologías tienen en común que son enfermedades neurodegenerativas, en el segundo caso de la retina, por lo que un fármaco neuroprotector podría actuar sobre ambas.
Estrategia innovadora.

La estrategia, en el supuesto de la esclerosis múltiple, es totalmente distinta a la que aplican los fármacos actuales para el tratamiento de la enfermedad, centrados en atacar a la inflamación, que es una parte del problema.

De lo que se trata ahora es de defender la mielina, la capa que rodea las neuronas y protegerla así de los ataques del sistema inmune, con lo que se conseguiría ralentizar o frenar su avance.

Villoslada, que también lidera un proyecto europeo para el hallazgo de nuevos tipos de fármacos contra la esclerosis múltiple, confía en iniciar este año los ensayos clínicos en humanos en fase I y II, tras la aprobación de la Agencia Europea del Medicamento. La fase preclínica, a punto de concluir, es más que esperanzadora.


PABLO VILLOSLADA, NEURÓLOGO.

«Como médico, lo que quieres es que el paciente se beneficie de tu investigación».

Pablo Villoslada (Ourense, 1966), estudió Medicina en la Universidade de Santiago, aunque luego hizo la especialidad en el Hospital Vall d’Hebrón y se doctoró en la Universidad de Barcelona. Tras trabajar en la Universidad de California regresó al Vall ’Hebrón y luego se incorporó al Centro de Investigación Médica Aplicada de la Universidad de Navarra, hasta que fue captado por el Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi y Sunyer (Idibaps), asociado al Hospital Clínic de Barcelona, donde dirige el grupo de Neuroinmunología Clínica y Experimental. También es el coordinador de la Red Española de Esclerosis Múltiple del Instituto de Salud Carlos III y director científico y creador de la empresa Bionure.

—No es muy normal que en España un científico cree una empresa para llevar a la práctica su investigación.

—No. En España no es muy habitual, aunque en Estados Unidos, y en California donde trabajaba, es el pan de cada día. Pero aquí, en el IDIBAPS-Hospital Clínic, he recibido todo el apoyo.

—¿Le merece la pena?

—Claro que lo merece. Lo merece porque yo soy médico y si hago una investigación quiero que llegue a la gente. Tú lo que quieres es que la gente se beneficie de tu investigación, que el esfuerzo que haces se valorice.

—¿Confía en tener éxito?

—Los ensayos preclínicos demuestran que el fármaco es muy prometedor. Sí estoy confiado y muy motivado, aunque siempre existe un riesgo tecnológico, porque por muy bien que lo hagas no tienes la seguridad de que no resulte tóxico y de que sea seguro y eficaz, que es lo que se pretende.

—Desarrollar un fármaco es una labor ardua y cara. ¿Podrán hacerlo ustedes?

—Nosotros hacemos el desarrollo y llegaremos a los ensayos clínicos en humanos I y II, para los que esperamos obtener la autorización después del verano. Luego tendrá que ser una farmacéutica, que es la que tiene infraestructura, capacidad y dinero, la que se encargue de la fase III, con ensayos a gran escala.

—¿Pero les habrá hecho falta mucho dinero?

—La fase clínica nos ha costado dos millones de euros y para los ensayos I y II en humanos serán necesarios varios millones.

—¿Y cómo se financian?

—Tenemos socios inversores y capital del Gobierno a través del CDTI, y de la Generalitat de Cataluña, además de un proyecto de la Comisión Europea. Si sale bien, las instituciones que nos
han apoyado también saldrán beneficiadas, lo que les permitirá financiar más investigación.


—¿Por qué también un fármaco para el glaucoma?

—El glaucoma es el alzhéimer del ojo, un mal degenerativo de la retina que se beneficia de la neuroprotección. El fármaco, en este caso, se puede administrar como un colirio.

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