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viernes, 31 de mayo de 2013

El estrés crónico puede favorecer enfermedades autoinmunes


Investigadores israelíes demostraron que una prolongada exposición al estrés puede aumentar el riesgo de desarrollar una enfermedad autoinmune similar a la esclerosis múltiple, en cuya génesis se cree que actúa este proceso.

Terra.es 29 de mayo de 2013

Los profesores Alón Monsonego, Idán Harpaz y Haguit Cohen, de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Ben Gurión (sur de Israel), localizaron por primera vez los mecanismos que causan daño a las funciones reguladoras del sistema inmunológico en ratones sometidos a estrés crónico.

El sistema inmunológico está formado por un conjunto de mecanismos que protegen a un organismo de infecciones por medio de la identificación y eliminación de agentes patógenos.

Las enfermedades autoinmunes tales como la psoriasis o el lupus se originan por una respuesta exagerada contra sustancias y tejidos que normalmente están presentes en el cuerpo y que dan la pista de que su sistema de defensa se encuentra "alterado" y termina atacando células del propio organismo en lugar de protegerlo
 
Hasta la fecha no se sabía a ciencia cierta qué activaba este tipo de respuestas y la teoría más extendida era que se trataba de una reacción cruzada por la que el organismo ataca a moléculas muy semejantes a las propias y termina dañándose a sí mismo.

En todo caso, se había estudiado la relación directa entre la química cerebral y el sistema inmunológico, que apuntaba a que uno de los posibles orígenes de este tipo de enfermedades era psicosomático, es decir, como consecuencia de un gran estrés.

"El estrés crónico, junto a otros factores como la genética y el entorno, pueden dañar el funcionamiento del sistema inmunológico, que es importante pues regula su defensa e impide que sea atacado. Este mecanismo parte del cerebro, del hipotálamo", explicó el profesor Monsonego, integrante del departamento de Microbiología e Inmunología de la facultad de Ciencias de la Salud en Ben Gurión.

El cuerpo humano reacciona frente al estrés liberando importantes hormonas que le permiten manejar situaciones estresantes (combatirlas o escapar de ellas).
 
"No es la primera vez que se investiga este proceso, pero sí es la primera que hemos localizado el mecanismo. Hemos descubierto los lugares del sistema inmunológico que fueron dañados al ser expuestos a este tipo de estrés crónico. En esto el estudio es pionero", subrayó el científico.

La investigación israelí, publicada recientemente en la Revista Europea de Inmunología, muestra que el fenómeno está originado, entre otros factores, por el daño en la liberación de niveles adecuados de glucocorticoides (hormonas conocidas como cortisol en humanos y corticosterona en roedores) en respuesta a estímulos.

Esto se debe probablemente a la falta de sensibilidad en células específicas del sistema inmune, que causan inflamación patógena a esas hormonas, que como consecuencia del estrés no pueden inhibir adecuadamente las células que promueven la inflamación.

El estudio reveló asimismo que estos procesos se dan de forma más recurrente en hembras que en varones, lo que podría explicar en parte los altos niveles de dolencias autoinmunes entre las féminas.
 
Al mismo tiempo, los altos niveles de glucocorticoides en aquellos roedores sometidos a estrés crónico dañaron su sistema inmune y su habilidad para hacer frente a retos inmunológicos esenciales para lograr el equilibrio interno.

Los resultados de la investigación sugieren que mientras un elevado nivel de glucocorticoides generalmente protege contra el empeoramiento de las enfermedades autoinmunes, cuando la exposición al estrés es prolongada en el tiempo puede producirse un empeoramiento de los síntomas.

Por ende, el estudio pone en duda la eficacia del tratamiento de este tipo de dolencias con esteroides, pues el abuso de estos medicamentos con los que se trata la inflamación en pacientes que padecen estrés crónico podría agravar sus síntomas.

Los investigadores estiman que medir la función del eje HPA (Hipotalámico-Pituitario-Adrenal), que permite al organismo manejar situaciones estresantes, podría servir de importante herramienta diagnóstica para determinar cómo opera el sistema inmune.

También analizan los efectos de los glucocorticoides en el envejecimiento y la progresión de enfermedades neuro-degenerativas como el alzheimer, y advierten de que existe una relación aparente entre esas hormonas del sistema inmune y el envejecimiento

martes, 28 de mayo de 2013

Hallados en ratas nuevos genes con influencia sobre enfermedades como la ansiedad o la esclerosis múltiple


JANO.es · 28 Mayo 2013

Se trata de la primera vez que en esta clase de estudios se aplican, de forma combinada, el mapeo genético de alta densidad y la secuenciación completa de roedores heterogéneos.

Un equipo del Departamento de Psiquiatría y Medicina Legal y del Institut de Neurociències de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) ha participado en el hallazgo, en modelos animales, de un gran número de nuevos segmentos cromosómicos y nuevos genes con influencia sobre enfermedades como la ansiedad, la esclerosis múltiple o las patologías cardiovasculares. La aplicación combinada y novedosa de técnicas de mapeo genético de alta densidad y de secuenciación génica completa en ratas ha permitido estos hallazgos, publicados en Nature Genetics.

El trabajo, realizado por una veintena de laboratorios europeos y estadounidenses, ha identificado 355 locus cromosómicos (QTLs - segmentos cromosómicos que contienen como mucho unas docenas de genes cada uno) que influyen significativamente sobre 122 fenotipos o procesos relacionados con diversas enfermedades (ansiedad, patologías cardiovasculares, esclerosis múltiple, diabetes y otras). En particular, supone el descubrimiento de 35 nuevos genes que contribuyen a 31 fenotipos conectados, por ejemplo, con la ansiedad y el miedo, la esclerosis múltiple y los trastornos cardiovasculares, entre otros.

Para alcanzar estos resultados se ha requerido una aproximación tecnológica combinada y aplicada sobre unas 1.500 ratas genéticamente heterogéneas (en Europa sólo existentes en la UAB), así como el mapeo genético de alta densidad y la secuenciación génica completa de los animales. El mapeo genético permite definir zonas cromosómicas (QTLs) que influyen sobre los procesos de interés y la secuenciación génica permite identificar los mejores genes candidatos para estos procesos entre las docenas de genes que hay en cada QTL mapeada.

Se trata de la primera vez que esta doble metodología combinada, mapeo genético de alta densidad más secuenciación completa de ratas heterogéneas, se lleva a cabo. Esto abre las puertas al descubrimiento de genes con influencia sobre multitud de rasgos o fenotipos complejos (poligénicos) relacionados tanto con procesos biológicos y neurales normales como con aspectos asociados a enfermedades psiquiátricas, cardiovasculares, inmunológicas, neurológicas o metabólicas.

En el estudio, coordinado por los doctores Amelie Baud y Jonathan Flint, del Wellcome Trust Centre for Human Genetics (Oxford), han participado los investigadores de la UAB Alberto Fernández-Teruel (coordinador de la parte del estudio de la UAB), Esther Martínez-Membrives, Regina López-Aumatell, Toni Cañete, Gloria Blázquez, Elia Vicens-Costa, Carme Mont-Cardona, Sira Díaz-Morán y Adolf Tobeña.

Nature Genetics (2013); doi:10.1038/ng.2644

miércoles, 15 de mayo de 2013

Crean por vez primera células madre embrionarias humanas a partir un donante


ABC-Salud - 15 de mayo de 2013

Científicos de la Oregon Health & Science University y del Centro de Investigación Nacional de Primates de Oregon (ONPRC) han logrado por vez primera reprogramar con éxito células de piel humana para convertirlas en células madre embrionarias capaces de transformarse en cualquier otro tipo de célula en el organismo. Las células madre embrionarias obtenidas podrían ser capaces de restaurar el daño causado por un lesión o una enfermedad y, desde hace tiempo, se considera la terapia celular como uno de los avances más prometedores para el tratamiento de enfermedades como la enfermedad de Párkinson, la esclerosis múltiple, la enfermedad cardiaca y las lesiones de la médula espinal.

No hay duda alguna de que el hallazgo es un gran paso de la clonación reproductiva, pero, también de que es un tema muy controvertido. El logro reabrirá el debate ético sobre la posibilidad de que esta técnica se emplee para la clonación reproductiva en humanos. Sin embargo, el propio autor del trabajo, Shoukhrat Mitalipov, ve poco probable esta posibilidad; en primer lugar, matiza, «en nuestra investigación no se han empleado embriones fertilizados y , además, la técnica ha sido probada durante años en humanos para ver si era posible crear un embrión viable para la vida, pero no lo hemos logrado». En cualquier caso, tal y como ocurrió cuanto el coreano Hwang  anunció haber clonado células humanas, este avance abre la espita a un «viejo» debate en el que se mezclarán de nuevo los aspectos éticos y científicos.

La técnica utilizada por Mitalipov, Paula Amato, y sus colegas es una variante de un método de uso común denominado transferencia nuclear de células somáticas o SCNT, el mismo que se usó para creara la famosa oveja Dolly, el primer animal del mundo clonado. Con esta técnica se trasplanta el núcleo de una célula, que contiene el ADN de un individuo, en un óvulo que ha tenido su material genético eliminado. El óvulo fertilizado se desarrolla y como resultado produce células madre.

Los resultados, publicados en la revista Cell, abren nuevas vías para el uso de las células madre, para conocer con más detalle las causas específicas de la enfermedad y para el desarrollo de terapias personalizadas. Es la primera vez que se obtienen células madre embrionarias humanas a partir de células de piel humanas, algo que en su momento anunció haber logrado el científico coreano Hwang, que resultó ser un gran fiasco científico, o que asegura haber conseguido también el controvertido  Robert Lanza, del Instituto Advanced Cell Technology.

Terapia celular

«Nuestro hallazgo ofrece nuevas formas de generar células madre para pacientes con tejidos y órganos disfuncionales o dañados», resalta Mitalipov porque, recuerda, estas células madre pueden regenerar y reemplazar las células y los tejidos dañados y aliviar enfermedades que afectan a millones de personas.

Al contrario que las técnicas que se emplean para generar células madre pluripotentes inducidas (iPS), que genera cierta preocupación en la comunidad científica debido a que se puedan producir mutaciones inesperadas en las células, la transferencia nuclear de células somáticas parece más segura. Sin embargo, hasta ahora los resultados en animales, ratón y mono, no había ofrecido resultados positivos.

Video of the cell manipulation process filmed using a microscope equipped with a video camera from OHSU Video on Vimeo.

Para superar estos obstáculos, el equipo de Mitalipov trabajó sobre terreno conocido: su técnica para producir o clonar embriones de mono mediante transferencia nuclear de células somáticas. A continuación, transfirieron núcleos de células de piel humana en el citoplasma de óvulos humanos, la que generó blastocistos que dieron origen a las colonias de células madre embrionarias humanas. Y, al contrario que con otras técnicas, éstas se parecían a las derivadas de embriones fertilizados, no tenían anomalías cromosómicas, tenían una actividad normal del gen y eran capaces de convertirse en otros tipos de células especializadas que se podrían utilizar en terapia celular.

Y, sorprendentemente, los investigadores vieron que los mejores resultados se observaron en los donantes que produjeron un bajo número de células, pero de alta calidad. «Creíamos que para lograr la transferencia nuclear de células somáticas en humanos harían falta miles de óvulos humanos; sin embargo, hemos sido capaces de producir un linaje de células madre embrionarias humanas utilizando sólo dos óvulos humanos, lo que convierte a este enfoque en muy práctico para el uso terapéutico generalizado».

Clonación terapéutica

Los expertos subrayan que a pesar de que su método podría ser considerado como una técnica para la clonación de células madre, comúnmente llamado clonación terapéutica, no es probable que tenga éxito en la producción de clones humanos, lo que se conoce como clonación reproductiva. De hecho, esta técnica lleva investigándose desde hace años en momos y no se han logrado producir clones de mono.

Y, como aclara Mitalipov, «nuestra investigación está dirigida hacia la generación de células madre para su uso en futuros tratamientos para combatir la enfermedad. A menudo, los avances que se producen en el campo de transferencia nuclear conducen a un debate público sobre la ética de la clonación humana y, éste no es nuestro objetivo. Tampoco  creemos que nuestros hallazgos puedan ser utilizados por otros para avanzar en la posibilidad de la clonación reproductiva de seres humanos».

sábado, 4 de mayo de 2013

Trasformada piel en neuronas sin pasar por la fase de células madre

El sistema se basa en la exposición de células de piel a un virus modificado

La nueva técnica es otra opción para la terapia celular

Emilio de Benito - ElPaís.com - 2 MAY 2013

La plasticidad celular ha dado un nuevo paso con la posibilidad de transformar células de piel de adultos en precursores neuronales. Hasta ahora, para hacer eso había que desprogramar las células de partida llevándolas a un estado similar al de las embrionarias (las conocidas como células pluripotenciales inducidas o iPS). Con la técnica desarrollada por Su-chun Zhang, de la Universidad de Wisconsin-Madison, que la publica en Cell, la transformación es directa: se toman las células de la piel, se cultivan junto a un virus y este las modifica hasta formar precursores neuronales.

En concreto, Zhang ha utilizado el virus Sendai, causante de resfriados. Bastó incubar las células con el virus durante 24 horas para que este las modificara. Eliminar luego el patógeno es fácil: se hace calentando el cultivo (de manera análoga a lo que intenta el organismo enfermo cuando quiere curarse de un catarro). Aparte de la sencillez, la técnica tiene otra ventaja: este virus no integra su material genético en el de las células, por lo que una vez eliminado no queda huella de su presencia (aparte de los cambios que induce).

Las células obtenidas se han conseguido diferenciar luego entres tipos del sistema nervioso: neuronas, astrocitos y oligodendrocitos, ha dicho Zhang. "Esta prueba destaca la posibilidad de generar muchos progenitores neuronales para trastornos específicos", ha aclarado Zhang.

Aparte de la importancia del mecanismo en sí, que podría evitar riesgos como la generación de tumores si se usan células madre, el descubrimiento muestra otro aspecto: la increíble plasticidad de las células humanas. En contra de lo que se pensaba no hace más de 50 años, estas tienen la capacidad de transformarse en cualquier otra de un tipo muy diferente, aunque sea una cualidad que está dormida (por esto mismo recibieron el último Nobel de Medicina Gurdon y Yamanaka).

Pero es, además, una prueba de la gran velocidad a la que llegan las novedades. No hace ni 10 años que empezó a hablarse del potencial de las células madre embrionarias para diferenciarse en cualquier tipo de tejido. Esta propiedad apenas ha empezado a utilizarse (la Organización Nacional de Trasplantes recordaba hace un mes en un congreso en Zaragoza que solo hay cuatro aplicaciones aprobadas: para trasplante de médula, creación de piel en quemados, generación de córnea y la de cartílago de rodilla) y ya hay tres fuentes posibles de este material: los embriones, las células adultas vía la iPS y, ahora, esta transformación directa, de la que este artículo es la última mejora.

Es cierto que este cambio (de piel a neurona) podría no ser generalizable, como sí parece que lo son las transformaciones de células madre embrionarias y las iPS. Piel y neuronas comparten una base embrionaria que quizá podría facilitar esta transformación. Pero, en cualquier caso, se abre una nueva posibilidad, siempre con el mismo objetivo: a corto plazo, disponer de tejidos para investigar enfermedades o fármacos. A largo, generar tejidos y órganos para trasplante.