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sábado, 26 de mayo de 2018

Quién es el argentino en Harvard que a través de las bacterias descubrió cómo “poner freno” a la esclerosis múltiple


Se llama Francisco Quintana, y estudió en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Se fue primero a Israel, donde trabajó en el Instituto Weizmann y luego entró como investigador a la Universidad de Harvard. Allí descubrió un mecanismo por el cual las bacterias del microbioma intestinal -más conocida como flora intestinal- tienen una conexión con el sistema nervioso central, y pueden limitar el avance de enfermedades como la esclerosis múltiple. Aquí los detalles.
 
Francisco Quintana, el científico argentino que llegó a la Universidad
de Harvard para estudiar las bacterias, que pueden limitar el avance de
enfermedades como la esclerosis múltiple, que se desarrolla en
17 de cada 100.000 personas en la Argentina
Por Valeria Román 24 Junio 2018

Francisco Quintana quiso desentrañar qué le pasa a veces al sistema inmune cuando, en lugar de proteger al cuerpo humano, lo ataca y hace que se desarrollen enfermedades como la esclerosis múltiple.

Estudió biología en la Universidad de Buenos Aires, obtuvo un doctorado en inmunología en el Instituto de Ciencia Weizmann de Israel, y desde hace nueve años trabaja como investigador en uno de los hospitales de la Universidad de Harvard y en el Instituto Broad del MIT, en Cambridge, Estados Unidos. Con su equipo, Quintana descubrió que las bacterias que están en el microbioma de cada persona -popularmente conocido como "flora intestinal- pueden jugar roles clave, para interactuar con el cerebro y limitar el avance de enfermedades como la esclerosis múltiple, que afecta a más de 2,5 millones de personas en el mundo.

En un trabajo publicado en la prestigiosa revista Nature, Quintana demostró que existe un mecanismo molecular que hace que la actividad de las bacterias de "la panza" – conocida popularmente como flora intestinal-  influya en lo que ocurre en el cerebro. Si bien hubo otros estudios que hablaban de la conexión entre bacterias intestinales y sistema nervioso central, es el primer trabajo en el mundo que reporta cómo los productos microbianos -llamados metabolitos- pueden actuar directamente sobre células del sistema inmune en el cerebro para prevenir la inflamación. A partir del hallazgo, se abre la posibilidad de generar nuevos tratamientos contra enfermedades neurológicas.

El científico argentino se dedicó a estudiar la conexión entre bacterias
intestinales y sistema nervioso central. Es el primer trabajo en el
mundo que reporta cómo los productos microbianos -llamados metabolitos-
pueden actuar directamente sobre células del sistema inmune en
el cerebro para prevenir la inflamación A
La esclerosis múltiple no es ni contagiosa, ni hereditaria, ni mortal. No tiene cura, pero sí hay medicación para controlarla, ya sea para atenuar o espaciar los brotes o remisiones, o enlentecer la progresión.

Entre algunos de los medicamentos que hoy se indican están los interferones, el acetato de Glatiramer, el fingolimod, la teriflunomida y el natalizumab, entre otros anticuerpos monoclonales. En marzo pasado, se aprobó en la Argentina la cladribina, como tratamiento oral de corta duración para pacientes con alta actividad de esclerosis múltiple recurrente.

Entrevistado por Infobae, el doctor Quintana, de 44 años, contó cómo empezó su interés por las enfermedades autoinmunes. "Desde la escuela secundaria, me interesaba más hacer ingeniería genética pura y dura, pero al entrar a la carrera de biología en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, y al estar luego en el laboratorio del científico Mariano Levin – en el INGEBI del Conicet- empecé a trabajar en la inmunología, en la enfermedad de Chagas, usando métodos de biología molecular.

Fue Levin quien me llevó hacia la inmunología. Y en Israel, durante mi doctorado, pude llevar eso a otro nivel, al meterme de lleno en inmunología y enfermedades autoimmunes, precisó. Quintana -quien en sus ratos libres sale a correr, anda en bicicleta y sale a hacer caminatas con su familia- busca encontrar las causas de las enfermedades y ya había estado trabajando en experimentos anteriores relacionados con bacterias.

 
Las obsesiones de Quintana: primero la biología, luego la inmunología,
y luego las enfermedades autoinmunes. La Esclerosis Múltiple (EM)
según la OMS es una enfermedad crónica y auto inmune.
 Esta vez, el investigador argentino descubrió que hay bacterias dentro del microbioma que contribuyen a limitar la inflamación en el sistema nervioso central. De esta manera, se previene que esas células dañen a las neuronas y a los oligodendrocitos, y que se desarrollen enfermedades como la esclerosis múltiple. Lo que publicaron en Nature es el mecanismo que va desde que las bacterias activan una vía molecular hasta que limitan la inflamación en el sistema nervioso central. 

Demostraron que existe el mecanismo al generar ratones mutantes que tenían alteradas esa vía molecular. Al ser mutados, los ratones desarrollaron más esclerosis múltiple en comparación con los casos controles. También presentó evidencia de la existencia de la vía molecular en seres humanos, al investigar células de pacientes que habían tenido esclerosis múltiple. De esos pacientes, tenían células obtenidas a partir de la autopsia.

Tras la investigación, Quintana afirmó: "La vía molecular descubierta podría ser útil para desarrollar probióticos que se consuman para que las bacterias disparen su actividad y protejan al individuo de la enfermedad, o para desarrollar fármacos que directamente actúen para limitar la inflamación en el sistema nervioso central y así tratar la esclerosis múltiple y otras enfermedades neurológicas". El futuro es esperanzador. Además de las investigaciones en curso que realiza Quintana, está en marcha un estudio internacional sobre microbioma y esclerosis múltiple que incorporará 4.000 personas sanas y con esclerosis múltiple en Estados Unidos, Argentina y el Reino Unido.

Se trata de una enfermedad que afecta a 2,5 millones de
personas en el mundo (EME)
 "Se trata de un trabajo de punta", opinó Fernando Cáceres, director general de Ineba de Capital y especialista en esclerosis múltiple, quien no participó en el estudio. "Los resultados del trabajo publicado por Quintana permiten vislumbrar que en el futuro habría un nuevo capítulo en el tratamiento de la esclerosis múltiple. Serían terapias muy diferentes a las que hoy están disponibles que funcionan sobre la respuesta inmune. En el futuro, las terapias tendrían más relación con la dieta y podrían reducir la inflamación en el sistema nervioso central", dijo Cáceres a Infobae.

En tanto, al ser consultada también por Infobae la doctora Cecilia González Campo, del Instituto de Neurociencia Cognitiva y Traslacional, que depende del Conicet, la Fundación Ineco y la Universidad Favaloro, afirmó: "El trabajo publicado en la revista Nature por el equipo de Francisco Quintana dilucida nuevos posibles mecanismos que llevan a la esclerosis múltiple. Se hizo con técnicas de última generación, y tiene el mérito de identificar un mecanismo molecular asociado a la enfermedad tanto en roedores como en humanos". La investigadora agregó: "Si bien no sería la única vía que da lugar a la inflamación en el sistema nervioso central, el trabajo publicado abre la posibilidad de que en el futuro se puedan desarrollar terapias más eficaces para contrarrestar las recaídas de los pacientes con esclerosis múltiple y que son causales de secuelas".

El trabajo del equipo de Quintana fue publicado en la revista Nature.
 Se realizó con técnicas de última generación, e identifica un
mecanismo molecular asociado a la enfermedad tanto en roedores
como en humanos. (iStock)
 El estudio de Quintana fue financiado con subsidios de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, la Sociedad Estadounidense del Cáncer, la Sociedad Nacional de Esclerosis Múltiple, de Estados Unidos, y con apoyos del Ministerio de Ciencia de Baden-Wuerttemberg en Alemania, entre otros.

"Es un desafío constante –reconoció Quintana a Infobae-, ya que los objetivos de los científicos y de los empresarios son diferentes. Los problemas son distintos. Pero al estar en la academia y en la empresa, es una oportunidad única para llevar nuestros descubrimientos a la investigación clínica. Eso es una fuerza que me motiva, y que le da relevancia a nuestro trabajo, ya que implica llegar a tener un efecto muy real en la calidad de vida de los pacientes".







miércoles, 23 de mayo de 2018

La proteína TOX desencadena la esclerosis múltiple

Expresión de TOX (en verde) en linfocitos T CD8+ (en rojo)
en la esclerosis múltiple - UNIGE

La expresión de ‘TOX’ por los linfocitos T hace que estas células autoinmunes puedan llegar al cerebro y atacar a las neuronas, desencadenando así la enfermedad


A. OTERO @abc_salud MADRID  16/05/2018

La esclerosis múltiple es una enfermedad neurodegenerativa causada por la destrucción por el sistema inmune del propio paciente de la capa de mielina que protege las neuronas, lo que imposibilita una transmisión adecuada de los impulsos nerviosos. Una enfermedad que padecen cerca de 47.000 españoles –y hasta 2,3 millones de personas en todo el mundo–, muy especialmente mujeres, y que aún a día de hoy carece de cura. De hecho, y de manera similar a como sucede con el resto de patologías autoinmunes, ni siquiera se sabe por qué se desencadena. O así ha sido hasta ahora. Y es que investigadores de la Universidad de Ginebra (Suiza) parecen haber identificado el primer desencadenante de esta devastadora enfermedad. ¿Su nombre? ‘TOX’.
Como explica Doron Merkler, director de esta investigación publicada en la revista «Immunity», «en nuestro trabajo hemos analizado factores infecciosos mediante el estudio de las reacciones autoinmunes provocadas por diferentes patógenos. Así, de lo que se trataba era de identificar un elemento que pudiera influir directamente en el desarrollo de la esclerosis múltiple en caso de que hubiera habido una infección».

Inflamación cerebral

El origen de la esclerosis múltiple sigue siendo un misterio. Es cierto que se han identificado algunos factores ambientales que aumentan su riesgo de aparición, pero aún se desconoce la razón por la que llegan a desencadenar la enfermedad en algunos casos y en otros no. Sería el caso, por ejemplo, del tabaco y de algunas infecciones. Así que lo que hicieron los autores fue analizar las reacciones autoinmunes –esto es, las respuestas del sistema inmunitario que en vez de dirigirse hacia los invasores como los virus y las bacterias se dirigen hacia el propio organismo– causadas por distintos agentes infecciosos.
oncretamente, los autores evaluaron la respuesta frente a dos patógenos: una bacteria y un virus. Y para ello, los inocularon en un modelo animal –ratones– completamente sano. ¿Y qué pasó? Pues que en ambos casos se observó una respuesta inmune muy similar. Sin embargo, la localización de respuesta difirió, y mucho, en función de que su causante fuera la bacteria o el virus.

TOX permite a los linfocitos T CD8+ cruzar las barreras defensivas del cerebro y atacar a las neuronas cerebrales, desencadenando así la esclerosis múltiple

Como indica Nicolas Page, co-autor de la investigación, «los resultados mostraron un reacción inmune cuantitativamente idéntica por parte de los linfocito T CD8+. Sin embargo, solo los ratones infectados con el patógeno viral desarrollaron una enfermedad inflamatoria cerebral parecida a la esclerosis múltiple».
Pero, ¿por qué se produce esta respuesta inmune en el cerebro con la administración del virus pero no con la bacteria? Pues para averiguarlo, los autores analizaron la expresión de los genes de los linfocitos T CD8+ cuando se exponían a ambos patógenos. Y lo que observaron es que había un factor de transcripción que, denominado ‘TOX’, solo se expresaba en caso de que el linfocito tuviera que enfrentarse al virus. Como refiere Nicolas Page, «nuestros hallazgos muestran que el ambiente inflamatorio influye en la expresión de TOX en los linfocitos T y que, por tanto, podría jugar un papel en la aparición de la enfermedad».
Pero, ¿realmente TOX desencadena la esclerosis múltiple? Pues parece que sí. Los autores manipularon genéticamente a los ratones para que sus linfocitos T CD8+ no expresaran TOX. Y tras volverlos a infectar con el virus, observaron que la respuesta inmune fue exactamente similar salvo por una excepción: los animales no desarrollaron la enfermedad inflamatoria cerebral similar a la esclerosis múltiple.

Superar las defensas cerebrales

Por tanto, parece que TOX juega un papel activo en la aparición de la esclerosis múltiple. La pregunta entonces es: ¿en qué consiste este papel? Pues como apunta Doron Merkler, «nuestros cerebros tienen una capacidad regenerativa limitada, razón por la que tienen que protegerse a sí mismos frente a las reacciones inmunes del organismo. Y es que estas reacciones pueden destruir a las células cerebrales que se unen para combatir el virus, lo que provocaría un daño irreversible. Así, lo que hace el cerebro es levantar una barrera que bloquea el paso de los linfocitos T. Sin embargo, y al bloquear la expresión de algunos receptores en la superficie de los linfocitos T CD8+ que están encargados de recibir la señal de bloqueo enviada por el cerebro, TOX permite a esos linfocitos cruzar las barreras defensivas y atacar a las neuronas cerebrales, desencadenando así la enfermedad».
Es más; el análisis de muestras tisulares humanas afectadas por la esclerosis múltiple confirmó que el factor de transcripción TOX también se expresa en los linfocitos T humanos. Como concluye Nicolas Page, «se trata de un resultado alentador para nuestra comprensión de las causas de la esclerosis múltiple, pero todavía queda mucho trabajo por hacer antes de poder precisar qué es lo que desencadena la enfermedad en los seres humanos».


La modificación genética de células del cordón umbilical podría regenerar la mielina en la esclerosis múltiple


Un estudio de la Kazan Federal University sugiere que las células sanguíneas del cordón umbilical promueven la proliferación de células Schwann (CSs), que reemplazan a los oligodendrocitos anormales en la EM en la producción de la mielina.

La Esclerosis Múltiple (EM) es una enfermedad autoinmune y desmielinizante del sistema nervioso central. Uno de los tratamientos más prometedores para resolver los problemas derivados de la lesión de la medula espinal es la compensación de la desmielinización. En este contexto, la Kazan Federal University (Rusia) ha llevado a cabo un estudio en animales para evaluar los posibles beneficios del uso de células del cordón umbilical genéticamente modificadas en lesiones medulares y enfermedades desmielinizantes.
Según este estudio, la modificación genética de células sanguíneas del cordón umbilical hace que, después de una lesión medular, las CSs se trasladen desde el sistema nervioso periférico (SNP) al sitio de la lesión y contribuyan a la re-mielinización del axón. Hasta ahora, mediante el trasplante de CSs se habían observado resultados similares, pero de efecto menos duradero debido al limitado tiempo de función de estas células.

Modificación genética, liberación de factores neurotróficos (NTFs) y reparación

Tanto las CSs como los oligodendrocitos (las células responsables de producir mielina) responden a las señales de los factores neurotróficos (NTFs) para proliferar, migrar y aumentar la producción de mielina. Los autores modificaron genéticamente las células sanguíneas del cordón umbilical haciendo que aumentara su producción de NFTs para aumentar el potencial reparador de las CSs. Una vez modificadas, las inyectaron en un modelo de rata con lesión medular, y observaron que en las áreas dañadas aumentaba la cantidad de CSs, contribuyendo a la regeneración de la lesión.

La reparación de la lesión medular en la EM

El estudio sugiere que, en casos de daño medular en animales de laboratorio, gracias a la proliferación de CSs promovida por las células sanguíneas del cordón umbilical modificadas genéticamente, éstas pueden reemplazar la función de remielinización de los oligodendrocitos y mejorar así la reparación del sistema nervioso central.  Aunque la investigación continúa en desarrollo, los resultados obtenidos en este estudio aportan mayor conocimiento y una perspectiva positiva para el futuro en los tratamientos remielinizantes.


martes, 22 de mayo de 2018

Evidencia sobre Vitamina D y Esclerosis Múltiple


Hay datos que sugieren que la vitamina D ocupa un papel importante en el desarrollo de la EM, pero resulta necesario seguir investigando y ser prudente.

La Esclerosis Múltiple (EM) es una enfermedad inflamatoria y desmielinizante que afecta al sistema nervioso central y cuya frecuencia depende de múltiples factores entre los que se encuentran la historia familiar, el origen étnico, la edad y la geografía. La causa de la EM es desconocida, pero se acepta que se desarrolla en personas con cierta predisposición genética y que están expuestas a algún (o algunos) factores ambientales de riesgo. El factor de susceptibilidad genético mejor identificado es el locus HLA-DRB1, pero el factor ambiental ha sido menos estudiado. Además de fenómenos inflamatorios que afectan a la mielina que recubre al axón, ya desde el comienzo de la enfermedad hay fenómenos degenerativos que conducen a una discapacidad progresiva con un grado de afectación y de incapacidad muy variable de un paciente a otro lo que dificulta establecer un pronóstico para cada caso individual. Esto además dificulta la interpretación de los resultados de estudios de corta duración en los que además el número de pacientes sea reducido.
El tratamiento de la EM pretende controlar la respuesta inmune con fármacos inmunomoduladores e inmunosupresores. Entre los primeros están el interferón beta 1a ó 1b (Avonex®, Rebif®, Plegridy®, Betaferon®, Extavia®), el acetato de glatiramero (Copaxone®), la teriflunomida (Aubagio®) y el dimetilfumarato (Tecfidera®). En caso de agresividad o ineficacia, es posible utilizar fingolimod (Gilenya®) o anticuerpos monoclonales como el natalizumab (Tysabri®) o el alemtuzumab (Lemtrada®), todos ellos más potentes y con efectos secundarios potencialmente graves.
Dado que la distribución geográfica de la EM se relaciona con una menor exposición a la luz solar, que es la principal fuente de vitamina D en el ser humano (1), existen estudios que sugieren que uno de los factores que puede ejercer un papel en el desarrollo de la EM es el déficit de vitamina D. La “Vitamina D” comprende un grupo de compuestos solubles en grasa de los que las formas más importantes son la Vit. D2 (ergocalciferol) y la Vit. D3 (colecalciferol). El 25(OH)D es su principal metabolito circulante y su medida es la que da la mejor idea de los niveles de esta vitamina.
Los pacientes con EM tienen niveles más bajos de vitamina D y en algunos se han observado variaciones genéticas en los genes implicados en el metabolismo de la vitamina D. Hay observaciones clínicas en las que se han encontrado concentraciones bajas de este metabolito en el suero de los pacientes con peor estado clínico y fluctuaciones que se han relacionado con los cambios de sus niveles en suero (2,3). Asimismo, sus concentraciones altas se han asociado en algunos estudios a una moderada disminución del riesgo de desarrollar la enfermedad. Por otra parte, sabemos que la vitamina D tiene efectos inmunomoduladores (4).
Por todo ello se ha sugerido que las concentraciones óptimas de 25(OH)D en suero podrían ser importantes para la disminución del riesgo de padecer EM y algunos autores han propuesto tratar a los pacientes de EM con suplementos de vitamina D. Además, aunque hay casos aislados de intoxicación por Vit. D, en general en todos los estudios la tolerancia ha sido buena, incluso administrando dosis suprafisiológicas.
Sin embargo, los resultados publicados no son tan homogéneos como se ha llegado a indicar en algún protocolo. En el estudio de Kampman y col (5), los suplementos semanales de 20000 UI de Vit. D3 no demostraron una mejoría en la actividad de la enfermedad medida por brotes clínicos, test funcionales o intensidad de la fatiga. Tampoco Stein y col. (6) encuentran mejoría en los estudios de RM comparando grupos de enfermos tratados con altas dosis de Vit. D2 y Vit. D3. En el estudio SOLAR (7), doble ciego realizado en 229 pacientes que recibieron 14000 UI de Vit. D3 o placebo como tratamiento añadido a interferón, no se apreció ninguna diferencia entre ambos grupos cuando se medían ausencia de brotes, progresión de la discapacidad y actividad en RM. Resultados similares fueron publicados posteriormente por Camu y col. (8) en un estudio en 129 pacientes que recibieron 100000 UI semanales de Vit. D3 o placebo.
Estas discrepancias en los resultados de los diferentes estudios podrían explicarse por las diferencias en su duración, tamaño muestral, y su calidad metodológica. Además, debido a los factores genéticos relacionados con la EM y la vitamina D, es preciso que los estudios sean realizados teniendo en cuenta el efecto independiente de los diferentes factores genéticos y medioambientales (9) y sería interesante estudiar el efecto del género en la respuesta clínica. Tampoco conocemos la dosis exacta y el tiempo que ha de mantenerse este tratamiento ni sus potenciales efectos secundarios a largo plazo.
En diciembre-17 Sintzel y col. (10) publicaron una exhaustiva revisión de todos los estudios que se han realizado y concluyen que aunque hay una evidencia cada vez mayor de que los niveles bajos de Vit. D se relacionan con un mayor riesgo de padecer EM y con una mayor actividad clínica y de RM en los casos ya establecidos, el impacto de los suplementos de la Vit. D sobre la actividad de la EM no está adecuadamente investigado. En este mismo sentido se expresa el reciente artículo editorial publicado por Marrie y Beck en la revista Neurology (11), que es la publicación oficial de la Academia Americana de Neurología.
Por todo ello, podemos concluir que hay datos que sugieren algún papel de la Vitamina D en el desarrollo de la EM y en una mejor evolución clínica y de RM cuando se utilizan suplementos de Vit. D3. Sin embargo, los resultados contradictorios que se han observado en los estudios que se han realizado y el desconocimiento de los potenciales efectos secundarios de suplementos de dosis mantenidas durante años, sugieren la necesidad de ser prudentes y de tratar a cada paciente de forma individualizada, al menos hasta que no dispongamos de los resultados de los estudios que se están realizando y que nos permitirán contestar a tres preguntas fundamentales: (1) ¿la Vit. D previene de la EM?, (2) ¿la Vit. D impacta en la actividad de la enfermedad?, y (3) ¿los suplementos de Vit. D modifican la evolución de la EM?.

Hoy no tenemos una respuesta definitiva a ninguna de estas tres preguntas.

viernes, 18 de mayo de 2018

Investigadores revelan cómo afecta el intestino a la enfermedad neurológica

Un estudio publicado esta semana en 'Nature' arroja nueva luz sobre la conexión entre el intestino y el cerebro, desenredando la compleja interacción que permite que los subproductos de los microorganismos que viven en el intestino influyan en la progresión de las enfermedades neurodegenerativas.
MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
Investigadores del Hospital Brigham y de Mujeres (BWH, por sus siglas en inglés), en Estados Unidos, han usado modelos animales y células humanas de pacientes para descubrir a los actores clave involucrados en la conexión cerebro-intestino, así como en la diafonía entre las células inmunes y las células cerebrales. Su nueva publicación define una vía que puede ayudar a guiar las terapias para la esclerosis múltiple y otras enfermedades neurológicas.
"Estos hallazgos proporcionan una comprensión clara de cómo el intestino afecta a las células residentes del sistema nervioso central en el cerebro --dice el autor correspondiente Francisco Quintana, del Centro Ann Romney de Enfermedades Neurológicas en BWH--. Ahora que tenemos una idea de los jugadores involucrados, podemos comenzar a buscarlos para desarrollar nuevas terapias".
La nueva investigación se centra en la influencia de los microbios intestinales en dos tipos de células que juegan un papel importante en el sistema nervioso central: microglía y astrocitos. La microglía es una parte integral del sistema inmune del cuerpo, responsable de la recolección del sistema nervioso central y deshacerse de las placas, células dañadas y otros materiales que deben eliminarse.
Pero la microglía también puede secretar compuestos que inducen propiedades neurotóxicas en las células cerebrales en forma de estrella conocidas como astrocitos. Se cree que este daño contribuye a muchas enfermedades neurológicas, incluida la esclerosis múltiple.
Los investigadores de Brigham han explorado previamente la conexión intestino-cerebro para obtener información sobre la esclerosis múltiple. Aunque algunos estudios han examinado cómo los subproductos de organismos que viven en el intestino pueden promover la inflamación en el cerebro, el trabajo actual es el primero en informar cómo los productos microbianos pueden actuar directamente sobre la microglía para prevenir la inflamación.
SUBPRODUCTOS DE LOS MICROBIOS PUEDEN LIMITAR LA INFLAMACIÓN CEREBRAL
El equipo informa que los subproductos que producen los microbios cuando descomponen el triptófano en la dieta, un aminoácido que se encuentra en el pavo y otros alimentos, pueden limitar la inflamación en el cerebro a través de su influencia en la microglía.
Para llevar a cabo su estudio, el equipo examinó los microbios intestinales y la influencia de los cambios en la dieta en un modelo murino de esclerosis múltiple. Descubrieron que los compuestos resultantes de la descomposición del triptófano pueden atravesar la barrera hematoencefálica, lo que activa una vía antiinflamatoria que limita la neurodegeneración. Los científicos también estudiaron muestras cerebrales de esclerosis múltiple en humanos, encontrando evidencia de la misma vía y los mismos jugadores.
La activación de esta misma vía se ha relacionado recientemente con la enfermedad de Alzheimer y el glioblastoma. El Centro Ann Romney de Enfermedades Neurológicas, del cual Quintana forma parte, reúne a expertos para acelerar el tratamiento de estas enfermedades, así como la esclerosis múltiple, la enfermedad de Parkinson y la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) o enfermedad de Lou Gehrig.
"Es probable que los mecanismos que hemos descubierto sean relevantes para otras enfermedades neurológicas además de la esclerosis múltiple --dice Quintana--. Estas ideas podrían guiarnos hacia nuevas terapias para la EM y otras enfermedades". Quintana y sus colegas planean estudiar más a fondo las conexiones a las enfermedades neurológicas, y también están optimizando las moléculas pequeñas y los probióticos para identificar elementos adicionales que participan en la vía y las nuevas terapias.

miércoles, 16 de mayo de 2018

¿Y qué desencadena la esclerosis múltiple? Científicos desafían la idea más aceptada

“Fibras nerviosas mielinizadas y no mielinizadas y vaso sanguíneo” por la
Universidadde Edimburgo. Crédito: Universidad de Edimburgo. CC BY-NC

Redacción TiTi  2018-05-10

Una leve afectación inicial de la mielina es capaz de desencadenar una respuesta inmune anómala, inflamación, desmielinización y lesiones semejantes a las que ocurren en pacientes con EM. Una secuencia de eventos diferente a lo aceptado hasta ahora. Eso sí, todo esto ha sido observado solo en animales.

Sí, estoy bastante segura de que si te interesas por el campo de la esclerosis múltiple lo has escuchado: la EM es una enfermedad autoinmune que ocurre cuando el sistema inmunitario se vuelve un poco “loco” y ataca la capa que envuelve el cuerpo de las neuronas, la mielina.

¿Y qué dispara esa respuesta aberrante del sistema inmunitario? Pues no se sabe, aunque los candidatos son muchos, especialmente agentes infecciosos virales como el Epstein Barr.

Pero, ¿y si es la propia mielina la que inicia todo? ¿Si una sutil alteración de la mielina desencadena la respuesta inmune anómala? Para un grupo de investigadores canadienses de la Universidad de Calgary, esto es lo que sucede.

Los primeros hallazgos que apoyan su teoría se publicaron recientemente en la revista  Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

Son resultados de una investigación en animales de experimentación, no en humanos, pero como siempre decimos: todo comienza con un ratón.

Y en el origen está la mielina

“Fibras nerviosas mielinizadas” por el Dr. David Furness. Crédito:
Dr. David Furness. CC BY-NC

Según explica el Dr. Peter Stys, uno de los autores del estudio:

En el campo, la controversia sobre lo que inicia la EM se viene gestando desde hace más de una década. En la escuela de medicina me enseñaron hace años que el ataque inmune inicia la enfermedad. Fin de la historia”.

Pero cuando Stys y el investigador principal, Andrew Caprariello, indujeron un leve daño a la mielina con un fármaco en un modelo animal, observaron una secuencia de eventos diferente. Según continúa explicando Stys:

Nuestros experimentos muestran, al menos en este modelo animal, que una leve lesión bioquímica temprana a la mielina desencadena, de forma secundaria, una respuesta inmune que conduce a un daño adicional debido a la inflamación. Muy parecido a una placa de EM cuando se examina con MRI y o en el tejido “.

Curiosamente, el grado inicial de la lesión influye en si se desencadena la respuesta inmune o no; si es muy limitada o, por el contrario, muy extensa, entonces no ocurre el proceso patológico.

Los investigadores fueron más allá y evaluaron si deteniendo esa degeneración inicial de la mielina se podía evitar toda la cascada patológica. Y al menos en el modelo animal, el fármaco que administraron funcionó.

¿Prueba este estudio que la degeneración de la mielina desencadena la EM?

Pues no, este es un estudio inicial que solo muestra que en un animal la mielinopatía (afectación de la mielina) puede estimular una respuesta inmune capaz, a su vez, de provocar más desmielinización.
Pero de un ratón a un humano hay mucha distancia. Para Stys:

Esto no prueba que la EM humana avance de la misma manera, pero proporciona pruebas convincentes de que la EM también podría comenzar así”.

Sin embargo, en su opinión este estudio abre toda una nueva línea de investigación en la esclerosis múltiple, algo que solo se verá confirmado a medida que pase el tiempo y ellos mismos y otros grupos de investigación sigan profundizando en sus hipótesis.

Por el momento da la sensación de que volvemos al comienzo, porque ¿qué puede desencadenar esa afectación inicial a la mielina?


martes, 15 de mayo de 2018

Identificada una molécula que interfiere con la reparación de la mielina



Su acción inhibidora sobre las células progenitoras de los oligodendrocitos podría ser clave en la patogénesis de la esclerosis múltiple.

Un equipo formado por investigadores de las Universidades de Oklahoma y Oregon ha descubierto la existencia de un fragmento bioactivo de hialuronano (bHAf) que regula negativamente la expresión del gen de la mielina y bloquea de manera crónica la maduración de las células progenitoras de los oligodendrocitos (OPCs).

Como células productoras de mielina, los oligodendrocitos son indispensables para el buen mantenimiento del tejido nervioso, afirma Stephen Back, director del estudio. Los experimentos muestran que en circunstancias en las que la materia blanca se encuentra dañada, las OPCs se acumulan en las lesiones pero son incapaces de dar lugar a la producción de mielina, debido a la desensibilización de la quinasa AKT. Este efecto es mediado por bHAf y resulta en la activación persistente del factor FoxO3, el cual participa en diversas interacciones con otros factores nucleares que se unen a la cromatina en la región promotora del gen de la mielina.

Back indica que el bHAf también bloquea las rutas alternativas de síntesis de esta proteína y que las estrategias dirigidas a revertir este proceso podrían resultar en la regeneración de la misma. Los resultados de este estudio cambian definitivamente el concepto tradicional del hialuronano, precursor del bHAf, del que se creía que sólo actuaba como matriz de soporte extracelular.




Los trasplantes fecales están de moda, pero ¿qué se sabe de su efecto en las enfermedades ?





Con una popularidad en ascenso, los trasplantes fecales solo están aceptados en el tratamiento de la infección por Clostridium difficile. En las enfermedades neurodegenerativas apenas si han sido evaluados. No es que se sugiera que no funcionan, es que simplemente no se sabe.

“Sopa amarilla del dragón” Y sí, la frase se refiere exactamente a lo que estás pensando. Así llamaban en el siglo cuatro en China a un tratamiento antidiarreico que aplicaba un médico llamado Ge Hong.

Varios siglos después ya no necesitamos tomar en sopa las heces, incluso vienen en cápsulas, pero su popularidad va en ascenso.

¿Por qué? ¿Para qué enfermedades se usa? ¿Cómo se hace? ¿Está comprobada su eficacia? Vamos a por las respuestas.

¿Qué es un trasplante fecal?

El término exacto a utilizar sería trasplante de microbiota fecal. Consiste en trasplantar heces de un donante sano al intestino del receptor con el objetivo de recuperar la microbiota intestinal dañada.

Con el trasplante de heces se administra toda una comunidad de microorganismos que puede ayudar a restablecer el equilibrio perdido en el receptor y eliminar las bacterias y otros microorganismos dañinos.

¿Y por qué es importante la microbiota intestinal?

Porque es el hogar de trillones de microorganismos que modulan tu salud.
En los últimos años (la investigación en esta área es bastante reciente) se ha observado que la pérdida permanente del frágil equilibrio en el que viven esos microorganismos puede alterar el sistema inmune, el metabolismo, la permeabilidad del intestino y un largo etc.

Para hacer más ilustrativa la importancia de estos huéspedes de honor, te diré que se ha observado que en muchas enfermedades neurológicas, como el párkinson y la esclerosis múltiple, la microbiota de los afectados difiere de la microbiota de las personas sanas.

Esa diferencia se refleja en que los pacientes tienen un número elevado de bacterias específicas, mientras otras están en niveles más bajos de lo esperado.

En muchos casos también se ha encontrado que las poblaciones de bacterias con un número elevado tienen un efecto negativo sobre la enfermedad en sí.

Se ha llegado también a observar, tanto en el párkinson como en la esclerosis múltiple, que cuando se trasplanta heces de pacientes a ratones sanos, estos manifiestan algunos signos propios de esas enfermedades.

Entonces, tenemos este panorama: existe en nuestro interior todo un sistema vivo y poderoso que puede influir sobre nuestra salud y que en personas con determinadas enfermedades está dañado.
¿”Arreglarlo” llevaría a generar mejorías en los enfermos? Y ahí es donde hace su entrada el boom de los trasplantes fecales.

¿Cómo se hacen los trasplantes fecales?

Invariablemente debe existir un donante sano. Hasta hace poco se prefería que fuera una persona que viviera cerca del paciente, su pareja, por ejemplo, pero en la actualidad se prefiere utilizar las muestras que administran los bancos de heces, donde existen mejores controles.

Curiosamente, la donación de heces también se está convirtiendo en una entrada de dinero extra para los donantes en países donde esta opción está disponible.

El donante debe pasar por un examen muy exhaustivo que descarte la presencia de enfermedades, tampoco debe haber usado antibióticos en los tres meses previos a la donación.

Las heces donadas pasan por algunos procesos que las preparan para poder ser trasplantas con mayor facilidad (por ejemplo, se diluyen en agua).

El trasplante en sí se realiza por varias vías actualmente, por ejemplo, por vía anal mediante un colonoscopio o por enema, o por vía oral con sonda o con cápsulas.

Después del trasplante los pacientes pueden experimentar manifestaciones adversas como fiebre, dolor abdominal, diarrea o fatiga.

Actualmente, ¿en qué enfermedad se ha demostrado que es efectivo el trasplante fecal?

Hay una única enfermedad en la que existe consenso sobre la eficacia de los trasplantes fecales: la infección por Clostridium difficile (ICD), que en los últimos años se ha disparado, especialmente en entornos hospitalarios.

El uso indiscriminado de antibióticos es en buena parte culpable de esta situación y también del hecho de que cada vez aparezcan cepas de la bacteria más resistentes al tratamiento antibiótico. Una ICD puede provocar desde diarreas leves hasta la muerte.

El trasplante fecal se utiliza en pacientes con ICD en los que el tratamiento antibiótico tradicional no ha funcionado.

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¿Y qué se sabe de su uso en el tratamiento de las enfermedades neurodegenerativas?

Poco, muy poco, algo paradójico en comparación con la popularidad, al menos a nivel online, que ha alcanzado este tema.

Si bien para el tratamiento de la ICD está fuera de duda, para otras enfermedades como el párkinson y la esclerosis múltiple, no es que los resultados de las investigaciones científicas sean poco concluyentes, es que simplemente apenas se ha investigado.

Me explico mejor: sí se ha observado todo lo que anteriormente mencioné, que hacía referencia a que las alteraciones en la microbiota intestinal pueden estar influyendo en la progresión y sintomatología de algunas enfermedades neurodegenerativas.

Y una forma de devolver el equilibrio a ese sistema es mediante trasplante fecal, solo que no se han realizado ensayos clínicos controlados (los más rigurosos) en los que se evalué la eficacia de esta terapia en pacientes con enfermedades neurodegenerativas.

En el caso de la esclerosis múltiple hay recogidos estudios de casos de pacientes que recibieron trasplantes de heces como tratamiento de una ICD y se terminó observando que los síntomas de esclerosis múltiple también mejoraron, incluso la enfermedad se estabilizó en algún paciente.
Algo similar ha ocurrido en pacientes con enfermedad de Parkinson.

Los casos más citados son los referidos por el gastroenterólogo australiano Thomas Borody, quien se ha convertido en uno de los principales defensores del potencial terapéutico de los trasplantes fecales.

¿El problema? Que son casos aislados, algo que en realidad está muy lejos de constituir una prueba sólida de la eficacia de esta técnica.

Eso puede cambiar en el futuro, ya que al menos para la esclerosis múltiple hay un ensayo clínico en marcha que debe concluir a finales de 2018.

Mientras, también hay que recordar los riesgos alrededor de esta práctica, sobre todo cuando las personas deciden hacerlo en casa: la posibilidad de trasmitir otras enfermedades de las que sea portador el donante, aunque no sea evidente en el momento de la donación.




viernes, 11 de mayo de 2018

Cómo afrontar los problemas de memoria derivados de la EM


Los problemas cognitivos son un síntoma común en la esclerosis múltiple; alrededor del 50 % de los afectados desarrolla algún grado de esta disfunción a lo largo de la enfermedad. Sin embargo, sólo un 5 % - 10 % sufre problemas cognitivos suficientemente graves como para repercutir de manera significativa en las actividades de la vida diaria. La memoria es una de las funciones cognitivas que se puede ver afectada por la EM: ¿cómo se pueden identificar y gestionar los problemas de memoria?

La disminución de la memoria a corto plazo es un síntoma frecuente de la esclerosis múltiple. El proceso mediante el cual el sistema inmunológico ataca y destruye la mielina (la sustancia que recubre los nervios) produce interferencias en la transmisión nerviosa, lo cual provoca una serie de lesiones y síntomas, entre ellos la pérdida de memoria. A la vez, otros factores habituales en la EM pueden intensificar los problemas de memoria como, por ejemplo, el estrés, la fatiga, la ansiedad y la falta de sueño.
Es habitual que los primeros síntomas cognitivos aparezcan durante las etapas iniciales de la enfermedad; en ocasiones, incluso, antes del diagnóstico. Normalmente, son problemas sutiles, que suelen pasar desapercibidos debido a la aparición de otros síntomas físicos, mucho más detectables en un primer momento. A continuación se exponen una serie de signos que pueden indicar la aparición de dificultades cognitivas:
  • Dificultades para resolver problemas y realizar varias tareas a la vez. 
  • Procesamiento lento del pensamiento.
  • Pérdida de memoria a corto plazo. 
  • Complicaciones para entender representaciones visuales y relaciones espaciales (leer un mapa, por ejemplo). 
  • Cambios en la personalidad.
  • Problemas de lenguaje. 
  • Dificultades para completar las tareas laborales.
El neurólogo realizará una serie de tests para evaluar la memoria, la atención, la velocidad de procesamiento de la información, etc. y determinará la presencia y severidad de los problemas cognitivos. Después decidirá el tratamiento y la estrategia más adecuados para el estilo de vida y objetivos de cada paciente.
En el caso de la memoria, hay una serie de actividades sencillas que pueden ayudar a ejercitar y trabajar la mente: hacer crucigramas, jugar a cartas, leer libros, revistas o periódicos o incluso practicar yoga. 
Para convivir con los problemas de memoria, la organización es un requisito imprescindible. A continuación, se exponen una serie de recomendaciones muy simples que pueden ayudar a compensar la pérdida de memoria en el día a día:
  • Utilizar un diario o cuaderno para anotar citas, recordatorios y hacer listas de cosas que hacer. Puede ser de gran ayuda coger la rutina de consultar este cuaderno en momentos concretos del día, y poner una marca en las tareas y actividades una vez se han realizado.

  • En este sentido, también pueden ayudar a los dispositivos digitales dirigidos a la asistencia personal (por ejemplo, las PDAs).

  • Colocar notas con recordatorios en lugares estratégicos de la casa y del trabajo.
      
  • Programar un reloj con alarma para que sirva como recordatorio. Puede ser muy útil para no olvidar tomar la medicación.

  • Colgar un calendario familiar en un lugar visible de la casa, con todos los horarios y actividades de cada miembro.

  • Guardar las cosas en lugares previamente designados. Si siempre se dejan en el mismo lugar, la rutina hará que sea más fácil recordar dónde están.

  • Hacer una lista general de la compra, con los productos que se necesitan normalmente. Puede ser muy cómodo hacer copias de esta lista y, antes de ir al supermercado, marcar aquellos artículos que deben comprarse en ese momento.

  • Cuando se hace o se recibe una llamada telefónica, es recomendable anotar la fecha, la hora, con quién se ha conversado y un pequeño resumen de qué se ha hablado.